viernes, 26 de julio de 2013

EL TABERNÁCULO DE DAVID: FUNDAMENTO DE LA ADORACIÓN NEOTESTAMENTARIA

Siempre ha sido el propósito de Dios tener intimidad y comunión con los seres humanos. Desde el principio de la creación de la humanidad, la intimidad fue una realidad. Fue una comunión directa, completa, sin barre¬ras, sin intermediarios y sin necesidad de sacerdotes ni sacrificios.

Si leemos los primeros capítulos del libro de Génesis, podemos ver que cuando Dios creó a Adán y Eva, les proveyó todas las cosas: un lugar para vivir, les proveyó una alimentación variada, los formó como una familia, les dio un trabajo que realmente no era una carga y todo lo que ellos necesitaban lo tenían disponible. Lo mejor de todo era que tenían una excelente comunión y relación con Dios.

A pesar de todo esto, los seres que Dios había creado no supieron valorar esta maravillosa posición que Él les había dado y pecaron e hicieron lo que Dios les había dicho que no debían hacer. Como consecuencia de ello, el hombre perdió la oportunidad de presentarse delante de su presencia sin intermediarios. Se perdió, tam¬bién, la vida espiritual que era plena y abundante.



1. El Tabernáculo de Moisés


Mucho después, cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Dios le da instrucciones a Moisés para construir una especie de santuario o templo al que se le da el nombre del “Taberná¬culo de Moisés”. Por causa del peregrinar del pueblo de Israel en el desierto, era necesario que este tabernáculo fuera portátil, razón por la que se le conoció como la “tienda o tabernáculo”. El objetivo de su construcción fue para que Dios morara allí con su pueblo.

A la luz del capítulo 40 de Éxodo, el tabernáculo de Moisés estaba conformado por el atrio, donde estaba el altar de los sacrificios y la fuente de bronce; el Lugar Santo, donde estaban el candelabro, la mesa de los panes de la proposición y el altar del incienso y el lugar Santísimo, donde estaba el arca del pacto y el propiciatorio. En el atrio solo podían ministrar los levitas, en el lugar santo entraban los sacerdotes diariamente y al lugar santísimo solo entraba el sumo sacerdote una vez al año. Todo el ritual que se realizaba en el tabernáculo de Moisés era sombra o un tipo de Jesucristo, pero también era símbolo de lo que sería la adoración neotestamentaria.


2. El Tabernáculo de David


Sin embargo, entre el período de tiempo, que duró el tabernáculo de Moisés y el tiempo en que fue construido el Templo de Salomón, existió otro tabernáculo, uno muy especial para Dios, y fue bajo el reinado del rey David, el dulce cantor de Israel. Bajo el reinado de David coexistían estos dos tabernáculos, solo que el tabernáculo de Moisés tenía todos sus elementos originales, menos el arca del pacto, que era el único objeto que contenía el tabernáculo de David.

David hizo muchas cosas nuevas al instituir el tabernáculo para el arca:

1. Una nueva ubicación. El tabernáculo de Moisés estaba en Gabaón (1Crón. 16:39). David edificó su tabernáculo en Sión, junto a Jerusalén (1 Crón. 15:1; 2 Crón. 5:2).

2. Un nuevo sacerdocio. Dios instituyó un sacerdocio para que ministrara en el tabernáculo de Moisés. David ordenó un nuevo sacerdocio no prescrito en la Ley Levítica. (1 crón. 16: 4-6).

3. Nuevo denuedo en la presencia de Dios. Los sacerdotes de Sión ministraban ante el arca, lo cual era prohibido en la Ley de Moisés.

4. Un nuevo sacrificio. El sacerdocio de Sión venía a la presencia de Dios no con animales sino con cánticos, palmas, danzas, etc. (1 Crón. 16:4).

Podemos apreciar que el rey David instituyó un orden de adoración completamente nuevo, al colocar el arca del pacto en el tabernáculo del monte de Sión y al ordenar un nuevo sacerdocio de cantores y músicos para adorar y alabar al Señor. De 38,000 levitas, 4,000 fueron designados por David para alabar al Señor por turnos durante las 24 horas del día (1 Crónicas 23:4-6).


3. Diferencias entre los dos tabernáculos

Mientras que en el tabernáculo de Moisés en Gabaón se siguió realizando la adoración basada en los sacrificios y ceremonias tradicionales y ritualistas tales como sacrificar animales, encender el candelero, quemar incienso, poner el pan, etc., la adoración en el tabernáculo de David se caracterizaba por el canto, la música, el regocijo, la danza, aplausos de gozo, aclamaciones y el fluir de los cánticos proféticos.

Los sacerdotes del tabernáculo de Moisés no podían pasar detrás del velo, dentro del lugar santísimo, donde estaba el arca del pacto. En el tabernáculo de David, cantores y músicos adoraban y alababan a Dios continuamente ante el arca del pacto, lo que constituía una libertad inaudita, prohibida en el tabernáculo de Moisés.


4. La adoración en el tabernáculo de David fue:

4.1 Contínua: Cuando David estableció el tabernáculo en Jerusalén, aquellos asignados a adorar lo hicieron continuamente (1 Crónicas 16:37, 39-40). Lo cual nos enseña que nuestra adoración a Dios debe ser en todo tiempo.

4.2 Capacitada: Cantores y músicos capacitados formaban parte de la fuerza del liderazgo de adoración de David. El jefe de los levitas y director de adoración, Quenanías, fue puesto "porque era entendido en ello" (1 Crónicas 15:22). Después se nos dice que de la fuerza total de cuatro mil adoradores levitas, doscientos ochenta y ocho eran especialmente capacitados o "músicos instruidos" (1 Crónicas 25:6-8). Como adoradores, seamos músicos, cantantes o danzarines, debemos prepararnos, capacitarnos para desempeñar un ministerio efectivo.

4.3 Creativa: La alabanza que rodeó el tabernáculo de David incluyó música de instrumentos que David hizo exclusivamente para la adoración (1 Crónicas 23:5). Hubo creatividad en la elaboración de diversos instrumentos musicales. Dios merece de nosotros la mejor creatividad, en la música, en las canciones, en los instrumentos musicales, en los vestuarios, etc.

4.4 Gozosa: Pocas dudas pueden haber de que el gozo y el entusiasmo que había alrededor del tabernáculo de David. La Escritura nos dice que "de esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová con júbilo y sonido de bocinas, trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas" (1 Crónicas 15:28). Quiera Dios guiarnos hacia el regocijo completo en la adoración en nuestra iglesia.

4.5 Extravagante: David y todo Israel celebró delante de Dios (en el arca) "con toda su fuerza" (1 Crónicas 13:8). Luego, se nos dice que David "danzó delante del Señor con toda su fuerza" cuando el arca fue traída finalmente a Jerusalén (2 Samuel 6:14-15).

4.6 Dios escogió el tabernáculo de David. Durante el reinado de David, Dios habló proféticamente diciendo que Él había desechado el ceremonial del tabernáculo de Moisés y había elegido la adoración del tabernáculo de David. (Salmo 78:68, 132:13, 50: 13-14).

El Tabernáculo de David, es decir la tienda física, permaneció aproximadamente unos 40 años, el tiempo de duración de David como rey. La Biblia no da mayores detalles sobre las causas o el destino final de esa tienda, solo que cuando Salomón construyó el templo el arca fue trasladada a ese lugar. (1 Rey. 8: 1,4,6).


5. Restauración del tabernáculo Caído de David


Es a la restauración de este tabernáculo al que se refiere la Escritura por boca del profeta de Amós 9:11: “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado.” El tabernáculo de David es la única estructura o diseño divino del antiguo testamento que trasciende al nuevo pacto a través del cumplimiento de la profecía de Amós.

Ahora bien, es importante entender lo qué significa el tabernáculo caído de David. Esto tiene que ver con todo aquello que “David hizo para Dios en Sión” y que estuvo caído o abandonado por mucho tiempo, lo cual está siendo restaurado por la Iglesia. Tiene que ver con todo aquello que está escrito en los Salmos y que debe está siendo traído de regreso a la vida de la iglesia en nuestros días.

Esta restauración incluye una vida de comunión íntima con Dios, además de un estilo de vida de alabanza, adoración y oración en Su Presencia. No podemos pasar por alto que fue de David que Dios dijo que era un hombre conforme a su corazón y lo que lo hizo de esa manera fue la búsqueda continua de su presencia y gloria. Dios quiere regresar esa manifestación permanente de la nube de su gloria a la iglesia, pero tiene que ser a través de la restauración del tabernáculo in¬dividual en el corazón de cada creyente; ese es el verdadero tabernáculo desde donde debemos sacrificar adoración verdadera, aquella que Cristo reveló, una adoración en espíritu y verdad que subiera ante el trono con olor fra¬gante, con aroma de santidad, obediencia y pureza. Es tiempo de restaurar el altar, el tabernáculo, en cada uno de nosotros para manifestar su gloria en nuestro medio.

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